Quieres adelgazar?

Desde que el hombre empezó a fundar sus primeros asentamientos, una de sus prioridades ha sido la recolección y almacenaje de comida. No tener un exceso de víveres para ser guardados podía suponer la hambruna y la desaparición del poblado.

Podríamos pensar que esto se debe a un salto evolutivo y una demostración de la inteligencia humana; sin embargo, todos conocemos muchísimos casos de animales que hacen exactamente lo mismo, y es que esto es algo que forma parte de nosotros mismos y de todos los animales del planeta.

La grasa, aquello que a veces tanto nos trae de cabeza y que de hecho, debido al deterioro de nuestro modo de vida tan sedentario y excesivo, puede acabar destruyéndonos, no es más que eso: la recolección y almacenaje de comida por si en algún momento hay una época de “vacas flacas”.

El cuerpo humano tiene diferentes opciones a la hora de recoger grasa. No sólo es capaz de recoger la grasa propiamente dicha de los alimentos, si no que además es capaz de crearla, de sintetizarla, degradando hidratos de carbono y transformándolos después en lípidos. Toda esta grasa, este exceso de grasa, es acumulado generalmente todos sabemos donde, para su posterior utilización, aunque en realidad es difícil que esa grasa después se use, ya que constantemente vamos ofreciendo más cantidades nuevas de grasa e hidratos de carbono a nuestro organismo.

La causa de todo esto, es que durante miles y miles de años, el hombre y la mujer han pasado regularmente épocas de hambre. Cuando no podíamos guardar los alimentos en la nevera, ni había grandes compañías intercontinentales que suministraban cantidades ingentes de alimento durante todo el año… el hombre y la mujer pasaban hambre. Además su vida era más dura, menos sedentaria y eso provocaba que gastasen, generalmente, más cantidad de grasa.

Pero, ¿por qué se gasta la grasa?

Lo que nosotros conocemos como respiración, no es más que un intercambio de gases: inspiramos oxígeno y espiramos dióxido de carbono. Lo que en realidad debería denominarse respiración es lo que se hace con ese oxígeno que “inhalamos” en todas las células de nuestro cuerpo. La generación de energía.

Sin entrar al trapo con esta forma de generación diré, a grandes rasgos, que para crear esta energía que todas, y repito todas, las células de nuestro cuerpo necesitan para efectuar su trabajo (bien estén en un músculo, en un pulmón o en el páncreas), se necesitan dos cosas: oxígeno y grasa. El proceso de oxidación de esta grasa, llamado metabolismo, se gesta en unos orgánulos encargados a este efecto en el interior de las células: las mitocondrias.

Las mitocondrias son los únicos orgánulos de la célula que tienen ADN propio, sin contar el ADN genérico de la célula que se encuentra en su núcleo. Esto ofrece una posibilidad increíble a la mitocondria. Gracias a este ADN, las mitocondrias pueden duplicarse, haciendo mitosis, como si fueran una célula cualquiera. Esto significa, que a mayor envío de oxigeno a las células, mayor es la demanda de grasa, para usar este oxígeno en el proceso de metabolismo. Que a mayor demanda, las mitocondrias se multiplican mediante la mitosis, para así poder generar en una sola célula más energía en menos tiempo… lo cual implica que cada célula podrá degradar más grasa en menos tiempo. Hay que tener en cuenta, finalmente, que esas mitocondrias “de más” siguen haciendo su trabajo aunque realmente no haya tanta demanda. Esto significa que una célula con muchas mitocondrias siempre va degradando mucha grasa, haya o no haya necesidad. Lo único que provocará esta falta de necesidad es que las mitocondrias acaben muriendo y volvamos a estar igual, pero durante todo ese tiempo la mitocondria en cuestión habrá gastado, incansable, grasas cada vez que le llegaba oxígeno.

Bien, y recapitulando ¿Cómo se consigue esto de tener excedente de mitocondrias en las células?

Lo principal es que el organismo necesite más cantidad de energía, y que las células reciban más cantidad de oxígeno… la única manera de conseguir tal cosa es haciendo ejercicio. Un ejercicio aeróbico, o lo que es lo mismo con una gran demanda cardiorrespiratoria. Vamos, que tenemos que cansarnos, y sufrir y tener agujetas. No es suficiente, por ejemplo, con hacer pesas: hay que sentir que estamos manteniendo un ejercicio en el que nuestras pulsaciones están subiendo, que nuestro ritmo cardíaco se acelera, que nuestros pulmones exigen más aire y eso intentar aguantarlo durante, al menos, media hora.

Las dietas tampoco son suficientes. Una dieta conseguirá en la mayoría de los casos, que nos mantengamos en un peso. Es posible que hayamos adelgazado, pero a partir de un momento se hace muy difícil que siga así la cosa y podamos desprendernos de todos nuestros michelines. Esto es debido a que el mismo cuerpo se autorregula. Recordemos que estamos acostumbrados a pasar un hambre histórica feroz, por tanto es normal que el cuerpo sea muy reticente a perder esas reservas energéticas.

Así pues, ya sabéis, todo este rollazo viene a explicar una cosa (eso sí, con pruebas), que para adelgazar y tener un cuerpo ágil, atlético y tonificado no hay otra salida que hacer ejercicio, y que este ejercicio debe ser aeróbico, vigoroso y continuado.

Yo, personalmente, recomiendo ejercicios aeróbicos de media hora tres veces a la semana como mínimo (si es más mejor y siempre bajo la atenta mirada de nuestro propio juicio), como por ejemplo ir a correr o clases de aeróbic. La bicicleta es buena, pero en general no supone un reto para el corazón o los pulmones ya que nuestras piernas se resentirán en mayor grado y antes que nada.

Pues ala! Fin de la charla, espero que esto os ayude, o al menos os convenza que el ejercicio es importante… y que los milagros no existen.

SithWolf

3 comentarios: (+add yours?)

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón, para bajar de peso se debe hacer ejercicio.
Desde enero de este año me di a la tarea de bajar de peso. Siempre he sido sedentaria a morir, pero ahora hago media hora diaria de bicicleta estacionaria... Es un fastidio, pero ha dado resultados.

Brie dijo...

Jar... no sabía yo esto de la reproducción en cadena de las mitocondrias, lo del ADN mitocondrial siempre me ha sonado muy CSI y no le veía yo gran utilidad :D Así que los beneficios crecen de forma exponencial!!... el lunes empiezo :D

Elisa dijo...

Vaya, Sitwolf!
Sí que se ha puesto esto interesante!
Muy buena la explicación, y muy amena además.