Diario de un Guerrero

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Si, lo sé… lo borré. Eché pestes sobre él y lo borré; pero empujado por un amigo (que también echaba pestes) y su personaje de nivel 18, volví a instalarme el World of Warcraft y ahora soy el orgulloso dueño de un enano guerrero de nivel 23.

Empecé, como no, matando pobres jabalíes indefensos y recolectando flores de paz… pero poco a poco me fui haciendo mayor y cuando salí de mi región natal, descubrí la capital y me dejé llevar por las luces y el bullicio.

World of Warcraft es, sobretodo, muy bonito. Allá donde vas encuentras sitios en los que dices –alaaaa, que bonitooo-. Así que acabas pensando que World of Warcraft es muy bonito. Luego le buscas más cosas… pero no las tiene, o al menos eso crees, porqué sigues jugando. Sin embargo, al cabo del tiempo, más o menos cuando tu personaje ya es de nivel 10, te invade una sensación que no, personalmente, tenía desde mi época de Diablo II Online… la avaricia!

Ver a personajes “cascando” de lo lindo a media docena de orcos cuando tú te las ves y te las deseas para acabar sólo con uno te da que pensar y sueñas que, tal vez, cuando seas más mayor, podrás ser como él. Llevar sus ropas de lujo y esa capa que le queda tan bien (y le da un +20 de intelecto) o ese escudo maravilloso que lo convierte en una piedra andante. Vas por las tiendas o por las casas de subasta y deseas ese martillo a dos manos que causa 125 de daño y multiplica tu vida por dos -Vaya, si lo tuviera… seguro que subiría un montón de niveles-, pienso. Sin darme cuenta que para llevarlo necesitaré subir unos cuantos niveles y cuando los tenga y pueda llevar el martillo, 125 de daño no será suficiente y querré otro martillo, o mejor una maza… en un círculo vicioso incesante que se ve exacerbado por el hecho que cuanto más viajas más fuertes son tus enemigos y más imperioso es subir de nivel, y más y más…

Porqué no tuve estas sensaciones con Guild Wars? Que al menos era gratis. Pues no sé, supongo, sobretodo, porqué no era tan bonito y también seguramente, porqué no eras tan consciente de las cositas “guays” que podías llevar.

Por suerte, aún no he llegado al momento en tener que decidir si pagar y seguir jugando o el de cerrar la caja de Pandora y no volver a recordar jamás el nombre de World of Warcraft… con la de sitios que me quedan por visitar.

SithWolf

El chico del mes de Gaby

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Este es... Tyler Durden.

No lo confundais, por favor, con Brad Pitt... se le parece, pero no tiene nada que ver con ese pánfilo niñato capaz de pasarse siete años en el Tibet buscando una pasión de leyenda.

Tyler Durden, es un crack.

Tyler es un nihilista filosófico, odia la cultura del consumo y rechaza los puntales básicos de la civilización moderna, especialmente las posesiones materiales, la esclavitud del salario y la especialización tecnológica. Tyler cree que la autoperfección es para los débiles y que en realidad la autodestrucción hace que la vida merezca la pena. Se encuadra en lo que políticamente sería un anarcoprimitivista.

No duerme. Trabaja en un cine y es camarero de restaurante de un prestigioso hotel de New York. Pero como más se le conoce es como fundador de El Club de la Lucha y creador del proyecto Mayhem.

"En el mundo que imagino se cazarán alces en los bosques húmedos de los cañones que rodearán las ruinas del "Rockefeller Center". Se llevarán ropas de cuero que durarán toda la vida. Se trepará por lianas tan gruesas como mi muñeca que envolverán la torre "Sears". Y cuando se mire hacia abajo, se verán pequeñas figuras humanas machacando maíz y secando tiras de carne de venado en el asfalto de alguna gigantesca autopista abandonada."

Tyler Durden



SithWolf

Que buenas están estas SERIES! II

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Bueno... actualizando un poco mi antiguo post (del mes pasado).

Ell - Heroes
Lois Lane - Smallville
Kara - Smallville
Melinda Gordon - Entre Fantasmas
Mary Connell - Las Vegas

ALA! cuando tenga 5 más, vuelvo a actualizar X-D

es que me debo a mi público.

SithWolf

Un nuevo Street Fighter para el nuevo milenio

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Si alguien pregunta cual ha sido el juego de lucha uno contra uno más relevante de la historia de los videojuegos, la respuesta es clara y contundente: Street Fighter 2 (1992).

Street Fighter 2 recogía los personajes de Street Fighter (1987), que era más parecido a un arcade al estilo Double Dragon o Final Fight, y los enzarzaba en peleas de uno contra uno en una especie de combate mundial para saber quien era el mejor luchador. Las cotas de éxito del juego y de carisma de los personajes, difícilmente han sido rebasadas por sus predecesores...

aunque finalmente la saga cayó en desgracia y cada juego que salió sobre Street Fighter era más de lo mismo, sin más aliciente que ir rellenando más y más personajes a elegir, faltos la mayoría del carisma de Ryu, Ken y compañía. El último episodio de la saga, Street Fighter Alpha 3, vio la luz en 1999... y tras otras salidas de este juego para diversas consolas, la cosa quedó ahí.

Ahora, Capcom quiere volver a deslumbrar con sus luchadores, aprovechando el vanguardismo de las consolas de nueva generación. Los jugones del primer Street Fighter II estamos curados de espantos y no nos hacemos demasiadas ilusiones, pero viendo un avance así... aunque no sea un video "in game", a uno se le ponen los pelos como escarpias y los dedos empiezan a sudar y pedir clemencia.

A ver como es este nuevo... STREEET FIGHTER!



SithWolf

Orgulloso de mis Políticos

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Ayer, en Tengo una pregunta para usted, entrevistaron a Gaspar Llamazares, Josep Antoni Durán i Lleida y a Josep Lluis Carod-Rovira.

Más allá del carácter político de las interlocuciones, la verdad es que de lo que menos se habló fue de política, lo que me gustó es el carácter de nuestros políticos; tando de Durán i Lleida como de Carod-Rovira.

Por encima de la vociferancia de Rajoy y compañía o la retórica lacia y populista de Zapatero "and friends", el discurso de estos dos catalanes fue firme, y en algunos casos incluso incómodo y seguramente poco dado a la búsqueda de votos.

El énfasis en el que Durán i Lleida concretó que las culturas de otros paises deben amoldarse a este o la necesidad de Josep Lluís de sentirse catalán allá donde vaya, defendiendo a capa y espada su propio nombre, pusieron en evidencia a casi un centenar de personas cargadas de odio, prejuicios y falta de conocimiento.

Ayer me sentí bien con mis políticos catalanes, aunque siga sin aprobar sus políticas, aquí, en Catalunya.

El video de la participación de Josep Antoni Durán i Lleida


El video de la participación de Josep Lluís Carod-Rovira


SithWolf

Lamentaciones en este maravilloso primer mundo

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Ayer vi un documental, creo que en la 2, sobre el SIDA en África. El SIDA de por si es algo terrible, así que os podéis imaginar como debe ser sufrirlo en un sitio sin medios y que además demoniza la enfermedad hasta convertir a sus huéspedes en apestosos de la era moderna.

En un momento del documental, aparecía una “clínica” en la que atendían a mujeres que habían sido violadas y después se les había detectado el VIH. Se les daba tratamiento farmacológico, pero también psicológico. Una de ellas contó que “pilló” el SIDA una noche en la que once soldados que tenían el trabajo de protegerla tanto a ella como a los ciudadanos de su país, la violaron repetidamente. Supongo que después de algo así, que te diagnostiquen el SIDA es lo de menos, pero un estigma que te recuerde un episodio tan brutal como este y que sepas que en el país donde te ha tocado vivir estás condenada a vivir apartada… pues no debe, por supuesto, aliviar las cosas.

Todo esto me hizo repensar en algo que ya llevaba pensando un tiempo. En realidad es algo que normalmente tengo muy en cuenta, y es que no entiendo como la gente en nuestro maravilloso primer mundo se puede sentir tan desgraciada y lamentarse tantísimo por tonterías como “mi novio me ha dejado”, “mi madre de 89 años ha muerto y no puedo superarlo, aún teniendo dos hijas” o “no soporto mi trabajo de 8 horas y me estoy muriendo por dentro”.

La verdad es que tengo una lucha constante para intentar llegar a entender la gente que sufre depresiones, de verdad que lo intento… pero soy incapaz de llegar a buen puerto. Hace poco, me comentaron que en algunos casos se trataba de un proceso químico. Es que no estamos cansados de frenar nuestros procesos químicos? Porqué no podemos combatir este sin necesidad de hincharnos a pastillas?

El caso de los desamores, es el más típico y sinceramente, el menos comprensible para mí, porque llego a una conclusión cíclica sin sentido. Como puede ser que ames a una persona que te está destrozando la vida? Y si no la amas, como puede ser que te destroce la vida? No tiene sentido alguno. En el caso de la mujer que se le murió la madre, es un caso verídico, que me tocó de cerca porqué soy amigo de una de las hijas. La mujer acabó suicidándose y yo acabé consolando a mi amiga y a su hermana, aunque ellas lo han superado. Sobre el trabajo… si no te gusta, déjalo… pasa igual que con el amor.

No digo que no haya que pasar un tiempo de duelo. Es normal que te sepan mal las cosas y que durante un tiempo lo único que busques es la tristeza, la lamentación y el apoyo incondicional, por muy absurda que sea tu situación… pero un tiempo! y valorando siempre la importancia del problema y, como no, aquellos que te rodean.

Así pues… nada de lamentarse. Y sobretodo, sobretodo… hay que pensar en uno mismo, y pensar de uno mismo que puede cambiar las cosas, sus cosas. No buscar la felicidad en otros, o en pertenencias materiales. La felicidad te la tienes que crear tú mismo, que en nuestro maravilloso primer mundo tenemos herramientas de sobra para construirnos nuestra propia felicidad y después compartirla y hacer partícipe de ella a todos aquellos que nos rodeen.

SithWolf

Quieres adelgazar?

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Desde que el hombre empezó a fundar sus primeros asentamientos, una de sus prioridades ha sido la recolección y almacenaje de comida. No tener un exceso de víveres para ser guardados podía suponer la hambruna y la desaparición del poblado.

Podríamos pensar que esto se debe a un salto evolutivo y una demostración de la inteligencia humana; sin embargo, todos conocemos muchísimos casos de animales que hacen exactamente lo mismo, y es que esto es algo que forma parte de nosotros mismos y de todos los animales del planeta.

La grasa, aquello que a veces tanto nos trae de cabeza y que de hecho, debido al deterioro de nuestro modo de vida tan sedentario y excesivo, puede acabar destruyéndonos, no es más que eso: la recolección y almacenaje de comida por si en algún momento hay una época de “vacas flacas”.

El cuerpo humano tiene diferentes opciones a la hora de recoger grasa. No sólo es capaz de recoger la grasa propiamente dicha de los alimentos, si no que además es capaz de crearla, de sintetizarla, degradando hidratos de carbono y transformándolos después en lípidos. Toda esta grasa, este exceso de grasa, es acumulado generalmente todos sabemos donde, para su posterior utilización, aunque en realidad es difícil que esa grasa después se use, ya que constantemente vamos ofreciendo más cantidades nuevas de grasa e hidratos de carbono a nuestro organismo.

La causa de todo esto, es que durante miles y miles de años, el hombre y la mujer han pasado regularmente épocas de hambre. Cuando no podíamos guardar los alimentos en la nevera, ni había grandes compañías intercontinentales que suministraban cantidades ingentes de alimento durante todo el año… el hombre y la mujer pasaban hambre. Además su vida era más dura, menos sedentaria y eso provocaba que gastasen, generalmente, más cantidad de grasa.

Pero, ¿por qué se gasta la grasa?

Lo que nosotros conocemos como respiración, no es más que un intercambio de gases: inspiramos oxígeno y espiramos dióxido de carbono. Lo que en realidad debería denominarse respiración es lo que se hace con ese oxígeno que “inhalamos” en todas las células de nuestro cuerpo. La generación de energía.

Sin entrar al trapo con esta forma de generación diré, a grandes rasgos, que para crear esta energía que todas, y repito todas, las células de nuestro cuerpo necesitan para efectuar su trabajo (bien estén en un músculo, en un pulmón o en el páncreas), se necesitan dos cosas: oxígeno y grasa. El proceso de oxidación de esta grasa, llamado metabolismo, se gesta en unos orgánulos encargados a este efecto en el interior de las células: las mitocondrias.

Las mitocondrias son los únicos orgánulos de la célula que tienen ADN propio, sin contar el ADN genérico de la célula que se encuentra en su núcleo. Esto ofrece una posibilidad increíble a la mitocondria. Gracias a este ADN, las mitocondrias pueden duplicarse, haciendo mitosis, como si fueran una célula cualquiera. Esto significa, que a mayor envío de oxigeno a las células, mayor es la demanda de grasa, para usar este oxígeno en el proceso de metabolismo. Que a mayor demanda, las mitocondrias se multiplican mediante la mitosis, para así poder generar en una sola célula más energía en menos tiempo… lo cual implica que cada célula podrá degradar más grasa en menos tiempo. Hay que tener en cuenta, finalmente, que esas mitocondrias “de más” siguen haciendo su trabajo aunque realmente no haya tanta demanda. Esto significa que una célula con muchas mitocondrias siempre va degradando mucha grasa, haya o no haya necesidad. Lo único que provocará esta falta de necesidad es que las mitocondrias acaben muriendo y volvamos a estar igual, pero durante todo ese tiempo la mitocondria en cuestión habrá gastado, incansable, grasas cada vez que le llegaba oxígeno.

Bien, y recapitulando ¿Cómo se consigue esto de tener excedente de mitocondrias en las células?

Lo principal es que el organismo necesite más cantidad de energía, y que las células reciban más cantidad de oxígeno… la única manera de conseguir tal cosa es haciendo ejercicio. Un ejercicio aeróbico, o lo que es lo mismo con una gran demanda cardiorrespiratoria. Vamos, que tenemos que cansarnos, y sufrir y tener agujetas. No es suficiente, por ejemplo, con hacer pesas: hay que sentir que estamos manteniendo un ejercicio en el que nuestras pulsaciones están subiendo, que nuestro ritmo cardíaco se acelera, que nuestros pulmones exigen más aire y eso intentar aguantarlo durante, al menos, media hora.

Las dietas tampoco son suficientes. Una dieta conseguirá en la mayoría de los casos, que nos mantengamos en un peso. Es posible que hayamos adelgazado, pero a partir de un momento se hace muy difícil que siga así la cosa y podamos desprendernos de todos nuestros michelines. Esto es debido a que el mismo cuerpo se autorregula. Recordemos que estamos acostumbrados a pasar un hambre histórica feroz, por tanto es normal que el cuerpo sea muy reticente a perder esas reservas energéticas.

Así pues, ya sabéis, todo este rollazo viene a explicar una cosa (eso sí, con pruebas), que para adelgazar y tener un cuerpo ágil, atlético y tonificado no hay otra salida que hacer ejercicio, y que este ejercicio debe ser aeróbico, vigoroso y continuado.

Yo, personalmente, recomiendo ejercicios aeróbicos de media hora tres veces a la semana como mínimo (si es más mejor y siempre bajo la atenta mirada de nuestro propio juicio), como por ejemplo ir a correr o clases de aeróbic. La bicicleta es buena, pero en general no supone un reto para el corazón o los pulmones ya que nuestras piernas se resentirán en mayor grado y antes que nada.

Pues ala! Fin de la charla, espero que esto os ayude, o al menos os convenza que el ejercicio es importante… y que los milagros no existen.

SithWolf