Lamentaciones en este maravilloso primer mundo

Ayer vi un documental, creo que en la 2, sobre el SIDA en África. El SIDA de por si es algo terrible, así que os podéis imaginar como debe ser sufrirlo en un sitio sin medios y que además demoniza la enfermedad hasta convertir a sus huéspedes en apestosos de la era moderna.

En un momento del documental, aparecía una “clínica” en la que atendían a mujeres que habían sido violadas y después se les había detectado el VIH. Se les daba tratamiento farmacológico, pero también psicológico. Una de ellas contó que “pilló” el SIDA una noche en la que once soldados que tenían el trabajo de protegerla tanto a ella como a los ciudadanos de su país, la violaron repetidamente. Supongo que después de algo así, que te diagnostiquen el SIDA es lo de menos, pero un estigma que te recuerde un episodio tan brutal como este y que sepas que en el país donde te ha tocado vivir estás condenada a vivir apartada… pues no debe, por supuesto, aliviar las cosas.

Todo esto me hizo repensar en algo que ya llevaba pensando un tiempo. En realidad es algo que normalmente tengo muy en cuenta, y es que no entiendo como la gente en nuestro maravilloso primer mundo se puede sentir tan desgraciada y lamentarse tantísimo por tonterías como “mi novio me ha dejado”, “mi madre de 89 años ha muerto y no puedo superarlo, aún teniendo dos hijas” o “no soporto mi trabajo de 8 horas y me estoy muriendo por dentro”.

La verdad es que tengo una lucha constante para intentar llegar a entender la gente que sufre depresiones, de verdad que lo intento… pero soy incapaz de llegar a buen puerto. Hace poco, me comentaron que en algunos casos se trataba de un proceso químico. Es que no estamos cansados de frenar nuestros procesos químicos? Porqué no podemos combatir este sin necesidad de hincharnos a pastillas?

El caso de los desamores, es el más típico y sinceramente, el menos comprensible para mí, porque llego a una conclusión cíclica sin sentido. Como puede ser que ames a una persona que te está destrozando la vida? Y si no la amas, como puede ser que te destroce la vida? No tiene sentido alguno. En el caso de la mujer que se le murió la madre, es un caso verídico, que me tocó de cerca porqué soy amigo de una de las hijas. La mujer acabó suicidándose y yo acabé consolando a mi amiga y a su hermana, aunque ellas lo han superado. Sobre el trabajo… si no te gusta, déjalo… pasa igual que con el amor.

No digo que no haya que pasar un tiempo de duelo. Es normal que te sepan mal las cosas y que durante un tiempo lo único que busques es la tristeza, la lamentación y el apoyo incondicional, por muy absurda que sea tu situación… pero un tiempo! y valorando siempre la importancia del problema y, como no, aquellos que te rodean.

Así pues… nada de lamentarse. Y sobretodo, sobretodo… hay que pensar en uno mismo, y pensar de uno mismo que puede cambiar las cosas, sus cosas. No buscar la felicidad en otros, o en pertenencias materiales. La felicidad te la tienes que crear tú mismo, que en nuestro maravilloso primer mundo tenemos herramientas de sobra para construirnos nuestra propia felicidad y después compartirla y hacer partícipe de ella a todos aquellos que nos rodeen.

SithWolf

3 comentarios: (+add yours?)

Anónimo dijo...

Todo esa lógica es aplicable a procesos coherentes y fríos como la mitosis celular, el efecto Doppler o la receta del pulpo a feira... pero es totalmente incompatibles con esas máquinas generadoras de necesidades superfluas que somos los perseres humanos.

Y con Windows tampoco funciona.

SithWolf dijo...

Hola fantasma! aún espero una llamada tuya!!!

Entonces... no me pongo el Windows Vista para ser un poco más feliz? :-D

SithWolf

JL dijo...

No importa cuál sea el caso, siempre hay alguien peor. Eso se puede decir de los depresivos... y de cualquiera, aunque tenga cáncer terminal. Esas cuestiones estadísticas no sirven de ayuda cuando alguien realmente tiene un problema. ¿Pero son las depresiones realmente un problema? La verdad es que no me considero en posición de juzgarlas, pero sí que creo que puede haber un problema médico (sinceramente creo que alguien que se suicida tiene muchos números para estar enfermo) y la abundancia de caraduras que se cogen baja por depresión para ir de compras no ayuda a distinguir el grano de la paja.