El hombre y la violencia de género


...o doméstica, o como se la quiera llamar.

Es una lacra que preocupa especialmente a la sociedad. Es por ello que se hace especial inca pié en ella, en la, también dicha, violencia machista, que es la que realiza el hombre contra su pareja o expareja sentimental.

Pero, a pesar de la conciencia social al respecto y el revuelo que existe cada vez que conocemos un caso nuevo, como el último de Marta del Castillo, ¿es necesario promover y gestar nuevas leyes de protección y de castigo para estos delitos?


Analizando la situación

En 2008 murieron un total de 75 mujeres a manos de sus parejas o exparejas, casi la mitad de las cuales eran emigrantes.

Se que las comparaciones son odiosas pero sólo en Madrid murieron más de 134 personas en accidentes laborales, y nadie ha oído hablar de ello. En las carreteras del país han muerto, nada más y nada menos, 2.741 personas. 1806 se suicidaron, 1228 murieron a causa del tabaco...

Me gustaría mostrar el hecho de que 75 víctimas no dan para hacer nuevas leyes.


Leyes que no funcionan, leyes que no son necesarias

Todos hemos escuchado, tristemente, casos de mujeres que habían denunciado, que poseían órdenes de alejamiento y que aún así han muerto a manos de sus parejas o exparejas. Casos como este, que no son pocos, demuestran que las nuevas leyes no funcionan. Pero lo que aún es peor, no sólo no funcionan si no que no son necesarias.

¿Por qué? Evidentemente... asesinar ya es un delito. No importa raza, ni género... o al menos no debería importar, pero importa,  y mucho.

No sólo existen leyes que se encargan de perseguir a los maltratadores, si no que también hay leyes que determinan que el mismo delito contra una mujer merece mayor pena, pero no sólo el asesinato... el Tribunal Constitucional ha dado a conocer la sentencia que avala la consideración como delito las amenazas leves a mujeres por parte de sus parejas o exparejas. Así, una amenaza leve contra un jefe en el trabajo o contra alguien cualquiera en la calle o, aún peor, contra un hijo o un padre no tendría la misma pena, ya que en esos casos no se considera un delito, si no una falta.


Estado de indefensión general

Según la Wikipedia hay más de 46mil millones de personas habitando este país. Supongamos que la mitad sean hombres. Siendo este el caso, 23mil millones de hombres ven sus libertades coartadas por 75 capullos sin escrúpulos que han decidido matar a una persona, a su pareja o expareja de género femenino, lo cual por lo visto lo hace más execrable. Estos 23mil millones de hombres e ven desprotegidos ante un calentón, aún más, sus mujeres pueden denunciarles sin pruebas y estos ser encarcelados cautelarmente durante 72 horas, sin más prueba que la palabra de una mujer.

Podría insultar a mi madre, amenazar a los profesores de mi hijo o lanzar un zapato a la cabeza de mi alcalde sin peligro de cárcel. Mi pareja podría denunciar a una amiga por intento de homicidio y la policía debería investigar el caso. Pero, ay! cuando se trata del cónyuge masculino, ese ser vil, asqueroso y repugnante, que se merece leyes más allá de las que ya existen en nuestra sociedad, para parar su ansia de sangre, su corazón abyecto y monstruoso...

Creo que no, que no es justo, y que desde luego, ya que la cosa va de leyes, es totalmente anticonstitucional, y que si me remito a los números es incluso ridículo. Eso sin entrar a valorar los sistemas de maltrato psicológico que sufren multitud de hombres en este país, un problema del que no se habla, pero existe y del que todos hemos sido testigos.

Yo no soy un maltratador, y no quiero que se usen las leyes que han sido pensadas para los maltratadores conmigo.


SithWolf

1 comentarios: (+add yours?)

Brie dijo...

Yo entiendo que exista legislación diferente, no porque la vida de una mujer muerta a manos de su pareja valga más que la de alguien asesinado por el vecino del 5º, sino porque muchas de estas mujeres están en situación de desamparo y, en principio, estas leyes distintas están para protegerlas. Evidentemente, no funcionan bien, o son insuficientes, o las personas que deben ponerlas en práctica son ineptos (o escasos), pero las considero un paso enorme contra una lacra que, hasta no hace mucho, se consideraba como algo "normal", que pasaba de puertas para dentro de una pareja y que sólo a ellos les incumbía...o, que incluso, era algo "desable". O no se extraña la gente cuando ve que una pareja no discute nunca? En fin, que me voy del tema. Te daré la razón en una cosa (que luego te me acostumbras :p): la ley para el que, finalmente, consigue asesinar, debería ser igual. Yo les aplicaba a todos la pena máxima y les aplicaba la ley antiterrorista para evitar la reducción de las condenas (que, por otra parte... funciona? no lo sé). Como hemos hablado varias veces... castigos ejemplares. Lo que no sé donde queda en este escenario la reinserción, tendré que meditarlo para tu siguiente post :D