Sherlock Holmes

Puro entretenimiento al más puro estilo Guy Ritchie, ya visto y disfrutado en películas como Snatch o Lock & Stock.

Sherlock Holmes
Lo que más preocupa al entrar en la sala es que habrán hecho con el personaje. Todos tenemos en mente al típico Sherlock Holmes, una persona alta, enjuta, de gran nariz aguileña... está claro que Robert Downey Junior no encaja físicamente. Sin embargo, el trabajo de guión y su propio trabajo artístico crean un personaje, que en esencia es el que Sir Arthur Conan Doyle plasmó en sus trabajos.


Sherlock Holmes, tanto en los libros como en la película, es un detective asesor de Scotland Yard, que destaca por su inteligencia, su hábil capacidad de observación y un razonamiento deductivo realmente impresionante. También, tanto en los libros como en la película, tiene conocimientos altísimos en química, es inventor, y posee una cultura general amplia. Como no, tanto en los libros como en la película, es un experto boxeador, esgrimista y luchador con palos.

Lo nuevo, según se mire, es su carácter pendenciero y perturbado. En la película, Sherlock Holmes es una especie de persona castigada por sus propias habilidades, que si no está inmerso en un caso y sus facultades entretenidas en quehaceres varios, se convierte en un personaje desquiciado, alcohólico e incapaz de mantener relaciones sociales con un mínimo de modales. En los libros, Sherlock es alguien que desconfía de las mujeres, es desordenado y cuando no está trabajando en ningún caso se dedica a tomar cocaína. Así que no deja de encajar en el personaje este carácter que Guy Ritchie ha querido dar al personaje, además tratado con el humor al que nos tiene acostumbrados y con la maravillosa relación que mantiene con el doctor Watson, deja un Sherlock Holmes creíble y sobretodo atractivo.

La historia
El guión basa sus esfuerzos en la presentación de los personajes para próximas películas y para eso utiliza la magia negra como némesis perfecta para la mente analítica y científica del protagonista. Sherlock Holmes se enfrenta a Lord Blackwood, tal vez lo peor de la película por su forzada interpretación realizada por Mark Strong, un brujo que utiliza sus poderes para crear el miedo y el caos en Londres.

Holmes tendrá la ayuda de los personajes típicos de las historias de Doyle, evidentemente el doctor Watson, genial contrapunto de Jude Law para Downey Jr., pero también el inspector Lestrade, o Irene Adler, además de algún que otro eco lejano del archienemigo de Sherlock, el profesor Moriarty, lo que nos abre las puertas a una saga que de buen seguro nos seguirá divirtiendo.

La historia tiene elementos de acción muy bien llevados, en ningún momento se pierde la trama y existen incluso algunas escenas realmente novedosas como poder disfrutar de una explosión desde dentro y no observando como de lejos algo explota y luego viendo como los protagonistas se levantan limpiándose los cascotes, sin más. Los toques de humor no se hacen pesados y no desvirtúan la trama, grave problema en muchas otras cintas cuando se pretende introducir este tipo de elementos. Los momentos dramáticos son pocos, pero intensos, reforzando la historia y sobretodo la relación entre los personajes. La película, de principio a fin, entretiene y deja con ganas de más, afortunadamente, como ya he comentado antes, abre sus puertas a nuevas aventuras.

En definitiva
Sherlock Holmes retoma la frescura del espíritu del cine de aventuras y del entretenimiento sin ínfulas de crear mitos desde cero o de la necesidad de doctrinar. Aún es pronto para decirlo, pero podríamos estar ante el nacimiento de una saga al más puro estilo Indiana Jones, esperemos que no acabe más bien como la trilogía de Piratas del Caribe, cuyo final fue realmente decepcionante.





SithWolf