Durante más de dos mil años ha permanecido oculto un hermoso regalo de China, del que no supimos nada hasta principios del siglo XX. Evidentemente no estoy hablando de la pólvora, ni del papel y mucho menos del arroz tres delicias. Hablo de la medicina tradicional china.
La medicina tradicional china, que está en auge ahora en nuestra sociedad, es una técnica médica y una filosofía del ser humano y todo lo que le rodea cuya
historia tiene más de dos mil quinientos años. Muchos más tiene la historia de la propia
China, claro está, pero no pocos tiene también nuestra querida Europa. Pero, entonces... ¿porqué tardamos tanto en saber de la medicina tradicional china?
Primero porqué tardamos mucho en llegar hasta allí. Hay leyendas que hablan de
legiones romanas perdidas que pudieron llegar a China, se sabe que el propio padre de Marco Polo, Nicolás, llegó hasta China, maravillándose de ciudades como Cambaluc (Pekín). Fue en estos viajes, y no en los del conocido Marco Polo, donde el gran Kublai Kahn envió cartas al Papa para saber de Europa y para que los europeos supieran de las costumbres mongolas. La religión católica encontró una nueva misión evangelizadora en esas remotas tierras y envió a multitud de gente para mostrar la palabra del Señor. Uno de ellos fue
Matteo Ricci, considerado uno de los hombres más influyentes del segundo milenio. A finales del siglo XVI, Matteo fue el primer gran puente entre las culturas europeas y chinas. De hecho fue el primer europeo en tener su lugar de residencia en Pekín. Los datos de Matteo Ricci sobre la cultura y costumbres de China son enormes, desde la matemática y la física a la flora y la fauna... pero nada se sabe de la medicina. No fue hasta, como ya he dicho anteriormente, principios del siglo XX que Europa recibió un maravilloso regalo.
George Soulié de Morant nació en París en 1878. Ya de joven empezó a aprender chino y a la edad de veintiún años, el banco para el que trabajaba decidió enviarlo a China. Como en un juego del destino la mala suerte para los chinos se convirtió en buena suerte para Europa cuando George pudo ver los efectos curativos de la acupuntura durante una epidemia de cólera en Pekín. En ese momento empezó a buscar a maestros que le enseñaran esa maravillosa y eficiente manera de sanar. Cuando regresó, treinta años más tarde, a Francia empezó a traducir multitud de tratados chinos sobre acupuntura, junto con la ayuda del doctor Paul Ferreyrolles. Su trabajo, l'Acuponcture chinoise es todavía un importante manual de acupuntura que se distribuye y traduce en multitud de paises e idiomas. George también escribió varios libros sobre la cultura o la historia chinas, que lo convirtieron en un importante personaje de aquella sociedad.
En 1931 el hospital Bichat de París permitió a George y Paul abrir una consulta de acupuntura donde además pudieron enseñar a nuevos pupilos la técnica milenaria. Marcel Martiny y su esposa se interesaron por la acupuntura y la medicina tradicional china y formaron una sociedad junto a George en el hospital Leopold-Bellan que duró más de veinticinco años. El 3 de octubre de 1945, bajo la supervisión y presidencia del profesor Charles Flandin, George Soulié de Morant creó la Société d' Acupuncturé, donde el propio George fue presidente honorífico. A partir de 1950, gracias a esta sociedad, se inició la edición del primer boletín de acupuntura de Europa. En 1955 George Souilé de Morant murió a la edad de setenta y siete años.
Pero afortunadamente, la expansión de la acupuntura no acabó con la muerte de George y diez años después se fundó la escuela francesa de Acupuntura y la escuela internacional de Acupuntura, con la ayuda de colegas suyos, como Marcel Martiny. Finalmente se creó una de las más importantes asociaciones de acupuntura que hoy en día existen en el mundo: l’Association Scientifique des Médecins Acupuncteurs de France (A.S.M.A.F), presidida por el propio Martiny.
Y un paso más... y ya estamos aquí. La medicina tradicional china y la acupuntura se conocen en todo el mundo y cada vez tienen un peso específico más importante dentro de la sociedad y dentro de la propia medicina occidental, que poco a poco va reconociendo sus virtudes.
SithWolf